China en alerta roja por contaminación del aire. Paraliza a 11 millones de personas.

La asfixiante contaminación prácticamente cerró una de las ciudades más grandes del noreste de China el lunes, obligando a las escuelas a suspender las clases, provocando caos en el tráfico y el cierre del aeropuerto, en la primera gran crisis de la contaminación del aire  en el país.

La densidad alcanzó un índice de medición de PM2.5, o partículas con un diámetro de 2.5 micrómetros (PM2.5), una lectura de 1.000 en algunas partes de Harbin, la capital arenosa de la provincia nororiental de Heilongjiang y hogar de unos 11 millones de personas.

Un nivel por encima de 300 se considera peligroso, mientras que la Organización Mundial de la Salud recomienda un nivel diario de no más de 20.

La contaminación no sólo obligó a todas las escuelas primarias y secundarias de suspender las clases, también cerraron el aeropuerto y algunas líneas de autobuses públicos, la agencia oficial de noticias Xinhua informó, culpando a la situación de emergencia al  inicio de la temporada de calefacción en Harbin, como uno de los principales factores que ha provocado la niebla tóxica en la ciudad por el invierno.

Las autoridades meteorológicas emitieron una alerta roja, la de mayor gravedad, por la densa niebla tóxica en varias ciudades de la provincia a las 9:00 horas, Informando que la visibilidad se redujo a 10 metros. Se espera que el humo  continúe durante las próximas 24 horas.

La calidad del aire en las ciudades chinas es de creciente preocupación para los dirigentes obsesionados con la estabilidad de China porque juega un resentimiento popular sobre privilegios políticos y aumentos de la desigualdad en la segunda economía mundial.

El gobierno ha anunciado planes en los últimos años para hacer frente al problema de la contaminación, pero se ha avanzado poco aparentemente.

Los usuarios de Twitter de sitios populares de China como Sina Weibo reaccionaron con ira y amargo sarcasmo sobre la contaminación del aire de Harbin.

Otras partes del noreste de China, también experimentaron severa contaminación, incluyendo Tangshan, a dos horas al este de Beijing y Changchun, capital de la provincia de Jilin en la frontera Heilongjiang.

La semana pasada, la ciudad de Beijing dio a conocer un sistema de alerta de un código de colores para el manejo de las emergencias de contaminación del aire, para incluir la interrupción temporal de la construcción , la producción de fábrica, barbacoas al aire libre y la quema de los fuegos artificiales.

Beijing sufrió su propia emergencia de smog el invierno pasado cuando el PM2.5 superó a 900 en un día particularmente malo en enero.

Desde 1981 hasta 2000, científicos de China, Estados Unidos e Israel recopilaron los datos de 90 ciudades sobre la concentración de partículas suspendidas en el aire inferiores a 100 micras de diámetro y liberadas a la atmósfera por las centrales térmicas, las obras y las emisiones de los tubos de escape de los coches. Entre ellas destacan las peligrosas partículas inferiores a 2,5 micras de diámetro (PM 2.5).

Según datos oficiales, el 27% de las 341 mayores urbes y 116 millones de personas padecen unos niveles de polución en el aire “muy peligrosos”, al tiempo que el 70% de los ríos y lagos están seriamente degradados y 300 millones de habitantes no tienen agua potable. Además de causar la muerte de 400.000 personas al año por enfermedades pulmonares y cardiovasculares, la contaminación amenaza con hipotecar los gastos sanitarios en el futuro y colapsar el altísimo crecimiento del coloso oriental, puesto que los costos medioambientales ya representan el 10% del Producto Interior Bruto. Inmersa en la “Revolución Industrial” que le ha tocado vivir en pleno siglo XXI, China sigue pagando el alto precio de su desarrollo económico.

Es la ciudad más grande y capital de la provincia de Heilongjiang, en la República Popular China. Tiene una población de 10 639 000 habitantes (2010) en un área de 53.775 km².

Limita al norte con Suihua,al noroeste con Daqing, al suroeste con Songyuan y al sureste con Mudanjiang.

Harbín se administra como ciudad-subprovincia y en 2010 fue declarada por la UNESCO como “la ciudad de la música”.